Tal ves Dios quiere que nosotros conozcamos unas cuantas personas equivocadas antes de conocer a la persona correcta, para que al fin cuando la conozcamos sepamos ser agradecidos por ese maravilloso regalo.
Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo a aquella puerta que se cerro, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros.
Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero tambien; es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.